Miami, 2017



Primero fue que, en Versalles,
un señor de pelo blanco,
con bermudas, guayabera
y chancletas en los zancos,

pidió un pollo a voz en cuello
(y según él, susurrando)
y el culo de la morena
que le trajo un jugo’e mango.

Pero aquí la cosa si que esta en candela, brother,
con el tacatá que el huracán no se llevó.
Y si sales a la calle el tráfico se siente joven.
Y otro bobo muerde, seducido por el sol.

Después la noche de trova,
Calle 8, embelezando,
con carteras y con lonas
de trova pura, trovando.

“Amor mío, no te vayas”
Todos crecimos cantándole
a una euforia engañadora
y a un zunzún altisonando.

La calle llena de peces
regalando sus espantos,
barnizando una certeza
de que hay algo de quebranto...

En fin, la música bella
y el neón oyendo el canto
del lunes, que se atropella,
allá en el fondo, esperando.

Y salir del vientre del Olimpo a los acordes
de un Uber que espera lo que sea que se cayó.
Sentir el calambre terco e inmisericorde
de la metralleta del patán del reggaetón

Discúlpeme, caballero,
aquí atras le estoy rogando,
bájeme usted ese avispero
que me taladra, gritando

Qué se yo con quién se queda
la señora de este canto,
no me importa su dinero
ni lo que él esté gozando

Si retumba, es su problema,
la cuenta me vengo dando
de que en toda esta odisea
la ciudad me está gritando:

Grita el semáforo en rojo,
grita el tonto de la radio.
Los viejitos, ¡cómo gritan
cuando hay jóvenes gritando!

Pero aquí la cosa si que esta en candela, brother;
la vida está cara y la propina no alcanzó
Si la gritería se amotina en los rincones
otro bobo muerde, ensordecido por el sol.

De la playa hasta el tsunami,
del hondísimo escenario
al vaivén de los salamis
Y al rubor de los acuarios

Viaja un sordo enloquecido
con el alma de origami
con un mantra como oídos:
No me gustas en Miami

Comentarios

Entradas populares